Siendo tan
importante el ministerio de la Piedad, uno no escucha nada sobre este mandamiento, o ministerio.
Solo se
guarda en la solapa del libro Sagrado. Que la piedad, instrumento de la
santidad este siempre en el corazón de los verdaderos Maestros del Glorioso Evangelio de el Reino; Mt 24:14; que no es otro que la
salvación eterna en el Reino de Dios.
Ejercítate para la piedad
1Ti 4:6 Si esto enseñas a
los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la
fe y de la buena doctrina que has seguido.
1Ti 4:7 Desecha las fábulas
profanas y de viejas.
Ejercítate para la piedad;
1Ti 4:8 porque el ejercicio
corporal para poco es provechoso,
Pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida
presente, y de la venidera.
1Ti 4:9 Palabra fiel es
esta, y digna de ser recibida por todos.
1Ti 4:10 Que por esto mismo
trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el
Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen.
1Ti 4:11 Esto manda y
enseña.
Dios fue manifestado en carne.
Mat 1:18 El nacimiento de
Jesucristo fue así: Estando desposada María su
madre con José,(B) antes que se juntasen, se halló que había
concebido del Espíritu Santo.
Mat 1:19 José su marido,
como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente.
Mat 1:20 Y pensando él en
esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de
David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del
Espíritu Santo es.
Mat 1:21 Y dará a luz un
hijo, y llamarás su nombre(C) JESÚS,[a] porque él salvará a su pueblo de sus pecados.(D)
Mat 1:22 Todo esto aconteció
para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo:
Mat 1:23 He aquí, una virgen
concebirá y dará a luz un hijo,
Y llamarás su nombre Emanuel,(E)
m que traducido es: Dios con nosotros.
Jua 12:44 Jesús clamó y dijo:
El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió;
Jua 12:45 y el que me ve, ve
al que me envió.
Jua 12:46 Yo, la luz, he
venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.
Jua 14:6 Jesús le dijo: Yo
soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Jua 14:7 Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le
conocéis, y le habéis visto.
Jua 14:8 Felipe le dijo:
Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.
Jua 14:9 Jesús le dijo:
¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que
me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el
Padre?
Jua 14:10 ¿No crees que yo
soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo
por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.
Jua 14:11 Creedme que yo soy en el
Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.
Justificado en el Espíritu.
Jua 1:29 El siguiente día
vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita
el pecado del mundo.
Jua 1:30 Este es aquel de
quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era
primero que yo.
Jua 1:31 Y yo no le conocía;
mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua.
Jua 1:32 También dio Juan
testimonio, diciendo:
Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre
él.
Jua 1:33 Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el
Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo.
Jua 1:34 Y yo le vi, y he
dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.
Visto de los ángeles.
Jua 1:43 El siguiente día
quiso Jesús ir a Galilea, y halló a Felipe, y le dijo: Sígueme.
Jua 1:44 Y Felipe era de
Betsaida, la ciudad de Andrés y Pedro.
Jua 1:45 Felipe halló a
Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la ley,
así como los profetas:
A Jesús, el hijo de José, de Nazaret.
Jua 1:46 Natanael le dijo:
¿De Nazaret puede salir algo de bueno?
Le dijo Felipe: Ven y ve.
Jua 1:47 Cuando Jesús vio a
Natanael que se le acercaba, dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en
quien no hay engaño.
Jua 1:48 Le dijo Natanael:
¿De dónde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara,
cuando estabas debajo de la higuera, te vi.
Jua 1:49 Respondió Natanael
y le dijo:
Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel.
Jua 1:50 Respondió Jesús y
le dijo: ¿Porque te dije: Te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que
estas verás.
Jua 1:51 Y le dijo: De
cierto, de cierto os digo: De aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los
ángeles de Dios que suben y descienden (E) sobre el Hijo del
Hombre.
Predicado a los gentiles.
2Ti 1:3 Doy gracias a Dios,
al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar me
acuerdo de ti en mis oraciones noche y día;
2Ti 1:4 deseando verte, al
acordarme de tus lágrimas, para llenarme de gozo;
2Ti 1:5 trayendo a la
memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela
Loida, y en tu madre (B) Eunice, y estoy seguro que en ti también.
2Ti 1:6 Por lo cual te
aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición
de mis manos.
2Ti 1:7 Porque no nos ha
dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
2Ti 1:8 Por tanto, no te avergüences
de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las
aflicciones por el evangelio según el poder de Dios,
2Ti 1:9 quien nos salvó y
llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el
propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los
tiempos de los siglos,
2Ti 1:10 pero que ahora ha
sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó
la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio,
2Ti 1:11 del cual yo fui
constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles.(C)
Creído en el mundo.
Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre,
la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique
a ti;
Jua 17:2 como le has dado
potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste.
Jua 17:3 Y esta es la vida
eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien
has enviado.
Jua 17:4 Yo te he
glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese.
Jua 17:5 Ahora pues, Padre,
glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el
mundo fuese.
Jua 17:6 He manifestado tu
nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han
guardado tu palabra.
Jua 17:7 Ahora han conocido
que todas las cosas que me has dado, proceden de ti;
Jua 17:8 porque las palabras
que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido
verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.
Jua 17:9 Yo ruego por ellos;
no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son,
Jua 17:17 Santifícalos en tu
verdad; tu palabra es verdad.
Jua 17:18 Como tú me enviaste
al mundo, así yo los he enviado al mundo.
Jua 17:19 Y por ellos yo me
santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.
Jua 17:20 Más no ruego
solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra
de ellos,
Jua 17:21 para que todos sean
uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en
nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.
Jua 17:22 La gloria que me
diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.
Jua 17:23 Yo en ellos, y tú
en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me
enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.
Jua 17:24 Padre, aquellos que
me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que
vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación
del mundo.
Jua 17:25 Padre justo, el
mundo no te ha conocido, pero yo te he
conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste.
Jua 17:26 Y les he dado a
conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has
amado, esté en ellos, y yo en ellos.
Recibido arriba en gloria.
Hch 1:6 Entonces los que se
habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás
el reino a Israel en este tiempo?
Hch 1:7 Y les dijo: No os
toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola
potestad;
Hch 1:8 pero recibiréis
poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis
testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la
tierra.(D)
Hch 1:9 Y habiendo dicho
estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de
sus ojos.(E)
Hch 1:10 Y estando ellos con
los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron
junto a ellos dos varones con vestiduras blancas,
Hch 1:11 los cuales también
les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús,
que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al
cielo.
Ejercítate para la piedad.
2Ti 1:5 trayendo a la memoria la fe
no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu
madre (B) Eunice, y estoy seguro que en ti también.
2Ti 1:6 Por lo cual te
aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición
de mis manos.
2Ti 1:7 Porque no nos ha
dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
2Ti 1:8 Por tanto, no te
avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino
participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios,
2Ti 1:9 quien nos salvó y
llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el
propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los
tiempos de los siglos,
2Ti 1:10 pero que ahora ha
sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó
la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio,
2Ti 1:11 del cual yo fui
constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles.(C)
2Ti 1:12 Por lo cual
asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y
estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.
2Ti 1:13 Retén la forma de las sanas
palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús.
2Ti 1:14 Guarda el buen depósito por
el Espíritu Santo que mora en nosotros.
Después de dar lectura a la información que tenemos a cerca
de la piedad, encuentro que el conocimiento del testimonio de Cristo Jesús, y
sus Santos apóstoles, es el perfecto don de la piedad; más teniendo en cuenta
que tanto Jesús, como los apóstoles, y nuestro único Maestro verdadero que es
el Espíritu Santo; 1 Jn 2:27; nos enseñan o educan para un buen convivir, de
los unos con los otros, EL Amor.
Arcturo de Jesús
Siervos del Altísimo Señor
mecaaure@gmail.com
2 comentarios:
Precioso Ministerio de la Piedad, pero un poco por no decir del todo olvidado por lo ministro y predicadores, pero alegremente publicado en este Bolg buscando personas que les agrade conocer ministerios que Dios a dado para complacencia del hombre.
De bendición su comentario, Dios los bendiga, muy claro todo
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