LA ESPADA DE PEDRO
Siempre
hemos hablado y enseñado sobre La Espada del Espíritu, que es la palabra de
Dios, Efesios 6:12. “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra
principados, contra potestades, contra señores del siglo, gobernadores de estas
tinieblas, contra milicias espirituales en los cielos.” Esa espada del Espíritu
que es la Sagrada Palabra de Dios la vemos salir de la boca del Cristo
glorificado en el libro del Apocalipsis 1:16. Demos gloria a Dios, por su
espada divina, por su espada de Luz, que en su palabra sagrada, su palabra viva
y eficaz, mas cortante que toda espada de dos filos que penetra hasta partir el
alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos y discierne los pensamientos
y las intenciones del corazón, nos desnuda totalmente a los ojos de Jesús el
Cristo a quien algún día tendremos que rendir cuentas.
Entonces
existe primero que todo una guerra espiritual contra el adversario que gobierna
este mundo. Y esta guerra, este conflicto, está preestablecido desde el
principio por el Señor, Génesis, 3:14-15. En el nombre de Dios, proclamemos que
llegó la hora de desenmascararlo y combatirlo guiados por el Espíritu de la
verdad y el poder de Dios. Que quede bien claro que primero que todo existe una
guerra espiritual que comenzó desde antes de la fundación del mundo, la
rebelión de Luz Bell (Satanás) príncipe de este mundo.
Pero
también se debe comprender que desde el Génesis al Apocalipsis la humanidad ha
estado en conflictos y guerras desde el principio de la historia. El primer
acto en la tierra que comienza la historia de terror que hemos vivido lo
comienzan Eva y Adán al desobedecer la voluntad de Dios. El pecado entró en el
hombre, entonces Caín cometió el primer acto de terrorismo físico matando a su
propio hermano Abel, Génesis 4:8.
El
terrorismo es la consecuencia del pecado. El antiguo testamento está lleno de
guerras espirituales que se convirtieron también en las diferentes guerras en
las cuales intervino el pueblo Judío, el pueblo escogido de Dios. Vamos a
mencionar algunas; comenzaremos con la primera guerra que registra la Biblia en
el valle de Sidim que es donde está el mar salado, la famosa guerra de cuatro
Reyes contra cinco, Génesis 14:8. Acordémonos que EL Señor es varón de guerra,
Éxodo 15:3. También recordemos que la diestra del Señor donde tiene a sus
consagrados es poderosa, porque en ella está la ley de fuego, Deuteronomio
33:2.
Después
registra la Biblia las guerras comandadas por Moisés, guerrero de Dios, que se
enfrenta al Faraón, que representa el sistema demoníaco de la época, un sistema
corrupto y esclavizarte he injusto, como los sistemas en que vivimos en la
actualidad en el mundo entero. En esta época Dios está levantando, en Colombia
y en el mundo entero un Ejército, una Compañía de Vencedores, que andando en santidad,
con la verdad y el poder de Dios enfrentarán el sistema corrupto que nos
gobierna.
Sigamos
orando en esta gran cruzada para que el Señor nos siga santificando he
iluminando. No solamente fue Moisés un guerrero de Dios, sino también Elías que
se enfrentó al gobierno corrupto de Acab hijo de Omri rey de Israel que hizo
todo lo malo ante los ojos del Señor. Las armas poderosas de Dios, el fuego
Divino defendieron a estos dos profetas durante sus Ministerios; En la época
que vivimos sucederá lo mismo, Dios defenderá a sus verdaderos testigos, con el
mismo fuego que defendió a Elías y a Moisés sus verdaderos testigos; Apocalipsis
7:1-17; Apocalipsis 11:1-13.
Tiempos
estremecedores se acercan, todas las profecías sobre los tiempos finales en la
Biblia se están cumpliendo de una manera clara para sus verdaderos hijos. ¿Y
entonces que de la espada de Pedro? No nos agrada enseñar sobre estos
versículos del nuevo testamento en los cuales vemos con claridad que los 12
Apóstoles era guerreros de Dios y estaban armados primero que todo con la
espada del Espíritu que es la Sagrada Palabra de Dios que desnuda nuestras
almas y nuestra carnalidad.
Es claro
que Pedro y los demás Apóstoles tenían en su cinto una espada física de hierro afilado
y con ella Pedro cortó la oreja a Malco de un solo tajo. La pregunta es ¿quién
mandó a que los Apóstoles se armaran con espadas? Veamos que nos dicen las
Sagradas Escrituras, la Biblia “Y El les dijo: Pues ahora, el que tiene bolsa,
tómela, y también la alforja, y el que no tiene, venda su capa y compre espada.
Porque os digo, que es necesario que se cumpla todavía en mí aquello que está
escrito: Y con los malos fue contado; porque lo que está escrito de mí, su
cumplimiento tiene. Entonces ellos dijeron: Señor, aquí hay dos espadas. Y él
les dijo: Basta.” Lucas 22: 36 – 38. Sigamos escudriñando las Escrituras
siempre orando para que sea la unción del Espíritu quien nos enseñe todas las
cosas 1 de Juan 2:27. En Mateo 26: 51 – 54 dice la Palabra escrita “Y he aquí,
uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e
hiriendo a un siervo del sumo sacerdote, le quitó una oreja. Entonces Jesús le
dice: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomaren espada, a
espada perecerán. ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y él me
daría más de doce legiones de ángeles? ¿Cómo, pues, se cumplirían las
Escrituras, de que así tiene que ser? Bien, con estas escrituras podemos
comprender con claridad que Jesús el Cristo no mandó a armar a sus discípulos
con espadas para que lo defendieran a Él. Sigue la pregunta entonces ¿para que
los mandó a armarse con espadas? El Señor no quiere guerras, sino la paz, pero
El vino a traer espada, porque existe un conflicto con el adversario príncipe
de este mundo, Mateo 10:34-36; y sólo El podrá establecer la verdadera paz con
su regreso a la tierra que está muy próximo. Parece como si aquí hubiera una
contradicción. El Jesús los mandó a armarse, fue una orden del Señor, pero
también estamos claros que no para atacar a alguien, lo único que podemos
pensar es que fue para hacerse respetar y para defenderse de los ataques de los
enemigos del Evangelio del Reino. La espada del triunfo Deuteronomio 33:29.
Miremos
lo que siguen registrando las escrituras sobre el hecho contundente de Pedro
defendiendo a su amado maestro Jesús el Cristo. “Entonces Simón Pedro, que
tenía espada, la sacó, e hirió a un siervo del sumo Sacerdote, y le cortó la
oreja derecha.” Juan 18:10. Si, Pedro era un soldado de Cristo y sacó su arma
para defender a Jesús; miremos lo que Jesús dice a Pedro “Mete tu espada en la
vaina; el vaso que el Padre me dado, ¿no lo tengo que beber? Juan 18:11. Jesús
no regañó a Pedro porque estaba armado, porque el mismo Señor mandó a sus
discípulos a que se armaran con espadas. ¿Cuál es la verdadera interpretación
de estos pasajes?, he estudiado muchas interpretaciones y ninguna concuerda la
una con la otra. Pidámosle al Señor en oración para que sea la unción del
Espíritu Santo quien nos enseñe todas las cosas. Oh Iglesia de Dios, oremos sin
cesar para que sea el Espíritu quien nos guíe en este camino difícil que
estamos transitando, sin duda alguna nos dirigimos hacia la batalla final el
Armagedón.
Doblemos
rodillas y con rostro en tierra roguemos al Señor Dios Todopoderoso, nuestro
Padre Celestial que por medio de su Hijo amado nuestro Señor Jesús el Cristo y
su Espíritu Santo destruya nuestro hombre viejo, nuestro yo, toda nuestra
carnalidad que es terrible y el Espíritu nos lleve a andar en santidad y así
iluminados por el Espíritu podremos comprender lo que decía el Apóstol Pablo
“Mas ahora, librados del pecado, y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro
fruto la santificación, y como fin la vida eterna.” Romanos 6: 22.
Para
poder hacer parte de esa compañía de vencedores, que el Señor está levantando
por medio de su Espíritu, nosotros debemos desaparecer para que Cristo se
manifieste en nosotros. “Porque el anhelo ardiente de la creación es el
aguardar la manifestación de los hijos de Dios”. Romanos 8-19.
Levantémonos
llenos del Espíritu Santo y proclamemos el glorioso Evangelio del Reino, que
tiene dos aspectos, el primero es que el Reino de Dios comienza dentro de cada
uno de nosotros, nuestros cuerpos son templos de Dios y por eso debemos andar
en el Espíritu de Santidad. Y el otro aspecto es que el regreso de Jesucristo a
la tierra sobre las nubes rodeado de sus ángeles, miembros del Glorioso Ejército
de Dios, está próximo, él viene a Reinar aquí en la tierra, pero primero tiene
que Reinar en nuestros corazones.
Terminamos
con las gloriosas palabras proféticas del Señor Jesús “No penséis que he venido
para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada.” Mateo
10:34.
Arcturo
de Jesús
MARANATHA